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Supervisar Durante la Pandemia

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La pandemia de COVID-19 ha creado incertidumbre a nivel mundial y está cambiando nuestras vidas de tal manera que deja a muchos de nosotros sintiéndonos impotentes y sin control sobre el futuro.

Esta crisis ha causado daño emocional, físico y a veces potencialmente mortales a muchos, lo cual ha tenido un impacto adverso sobre su funcionamiento, y bienestar mental, físico, social, emocional o espiritual.

COVID-19 es un evento traumático para todos nosotros.

Para las personas que pueden trabajar desde su casa y seguir ganando un ingreso, los impactos de la crisis – el temor, incertidumbre, cambio, nuevas responsabilidades y cargas – seguramente van a afectar su capacidad de desempeñar sus obligaciones laborales como lo hacían antes de COVID-19. El estrés extremo y persistente disminuye la función cognitiva y la capacidad de concentración.

Algunos trabajadores enfrentan la tarea imposible de cuidar a otros, ayudar con tareas escolares, mientras intentan cumplir con una semana laboral de 40+ horas, sin inicios o finales definidos a la jornada laboral en muchos casos. A la vez, algunos trabajadores pueden estar sufriendo más amenazas de violencia en su hogar.

Los supervisores juegan un papel muy importante para brindar liderazgo, organizar y priorizar el trabajo, y comunicarse con y apoyar a los empleados. Durante esta crisis, los supervisores pueden ayudar a reducir los impactos del trauma y disminuir el estrés de los empleados al fomentar un sentido de seguridad, empoderamiento y control para aquellas personas bajo su supervisión y para sus colegas, en general.

Asegurarse de apoyar el bienestar físico y emocional de los trabajadores al brindarles un apoyo compasivo, establecer expectativas realistas que sean flexibles y respondan a las necesidades individuales, ser coherentes y transparentes, compartir recursos y crear oportunidades para construir y fortalecer la comunidad de su lugar de trabajo puede ayudar reducir el trauma que los trabajadores puedan experimentar y puede promover su capacidad de recuperación durante esta crisis.

Trate de centrar su atención en los trabajadores y sus necesidades. Con frecuencia contáctese con las personas a las que supervisa mediante video conferencia, teléfono, correo electrónico, mensaje de texto o cualquier forma de comunicación que sus empleados prefieran. Genere un espacio y brinde oportunidad para que los trabajadores manifiesten cómo les va y para hablar de sus necesidades antes de tratar de temas laborales. Escuche con empatía. La situación de cada persona es diferente y las respuestas ante la pandemia y las presiones y responsabilidades relacionadas serán distintas. Trate de no ofrecer soluciones, sino inicie una conversación para ayudar a sus colegas a resolver el problema de tal forma que se ajuste a su situación y que les permita tener control de las soluciones. Tenga paciencia, sea amable y comprensivo – todos estamos lidiando con una situación inesperada, inquietante y desafiante.

Tome conciencia que el desempeño laboral puede bajar, o que las medidas y expectativas en el desempeño laboral tradicional tal vez deban adaptarse. Reconozca que los cambios en productividad son algo de esperarse y que es adecuado decirle eso a su equipo. Enfatice que las necesidades físicas y emocionales de los empleados son la prioridad. Trabaje coordinadamente con los empleados para modificar los flujos de trabajo para reducir la carga y las tensiones que enfrentan. Si es posible, apacigüe sus temores sobre estabilidad y expectativas laborales, ya que algunos trabajadores pueden sentir que su capacidad productiva ha disminuido.

La previsibilidad puede ayudar a proporcionar a los trabajadores una sensación de seguridad y control. Sea consistente pero flexible y responda ante las condiciones cambiantes. Comunique los cambios a las políticas y prácticas, explique los impactos, comparta la razón por la que se hicieron los cambios, y lo más importante, solicite retroalimentación y realice modificaciones a dichas políticas y prácticas en base a la retroalimentación.

Centrar la salud física y mental y generar conexiones son elementos esenciales de la resiliencia. Resalte y fomente el uso de formas de apoyo existentes en el trabajo, como la licencia pagada, “días de salud y bienestar”, o programas de ayuda a los empleados, además de recursos comunitarios locales a los que los trabajadores puedan acudir en busca de ayuda. Genere oportunidades de apoyo entre pares y para compartir a fin de romper el aislamiento; fomente el cuidado entre colegas y fortalezca las relaciones de trabajo. Si un empleador no ofrece licencia pagada u otras formas de apoyo en el trabajo, considere brindar una subscripción limitada a una aplicación de meditación o de ejercicios, u otros recursos para promover el bienestar de los empleados.

Reconozca que algunas personas, en base a su identidad racial o étnica pueden sufrir traumas y estrés adicional debido a animosidad racial o o disparidades en la infección, acceso a atención médica, o tasas de mortalidad entre comunidades indígenas y de color debido al legado y al racismo sistémico e institucional actual. Tenga en mente las necesidades particulares de estas comunidades, ya que han sido especialmente afectadas por esta crisis.

Apoyar a otros puede ser un gran reto y ser emocionalmente agotador. Usted no puede ayudar a otros de manera efectiva si está pasando por dificultades. Lidere con su ejemplo – tómese tiempo libre según lo necesite, cambie su propio flujo de trabajo, y reconozca que este es un momento y una situación difíciles. Es aceptable estar vulnerable – esto puede ayudar a las personas que usted apoya a sentir que ellos también pueden hacer lo mismo.