Generalmente, las iniciativas de los empleadores para prevenir y responder ante situaciones de violencia doméstica, violencia sexual y acecho que tienen un efecto en el lugar de trabajo abordan tres áreas:
- Auditorías sobre la seguridad para evitar que posibles personas perpetradoras tengan acceso al lugar de trabajo y a las personas empleadas;
- Evaluaciones sobre amenazas en colaboración con las personas empleadas que estén experimentando la violencia; y
- Respuestas de apoyo luego de un acontecimiento violento.
Consejos sobre la planificación de seguridad
- Realizar una capacitación de seguridad para que las personas empleadas sepan cómo tener acceso a servicios de asistencia para sí mismas y para los demás.
- Evaluar las situaciones de todas las personas empleadas y contratistas.
- Conservar cualquier mensaje de correo electrónico o de correo de voz amenazante y llevar un registro de acciones o comportamientos amenazantes, en caso de que surjan acciones legales en el futuro.
Los empleadores pueden realizar auditorías de seguridad generales sobre el lugar de trabajo. Las fuerzas policiales o los profesionales de seguridad pueden ayudar a evaluar:
- ¿Es posible que las personas que no estén empleadas en este lugar de trabajo ingresen físicamente a las instalaciones sin presentar identificación o sin interactuar con mecanismos de seguridad?
- ¿Es fácil tener acceso a los horarios de las personas empleadas, números de teléfonos móviles, direcciones y números de teléfonos de sus hogares?
- ¿Hay suficiente iluminación en el estacionamiento o en el sendero que conduce hasta la estación más cercana de transporte público?
- ¿Existen áreas del lugar de trabajo en las que las personas empleadas se encuentran aisladas o a solas por períodos largos?
- ¿Existen problemas de seguridad específicos para las personas empleadas que tienen responsabilidades laborales por fuera del lugar de trabajo oficial?
Evaluaciones de amenazas centradas en las personas empleadas
Tan pronto se sepa que una persona empleada está enfrentando una posible amenaza, los empleadores deben colaborar inmediatamente con la persona que ha recibido la amenaza para desarrollar una respuesta segura y efectiva orientada por sus necesidades.
Para proteger el lugar de trabajo contra los efectos de la violencia doméstica, la violencia sexual y el acecho, los lugares de trabajo pueden participar en evaluaciones de amenazas, un conjunto de estrategias o caminos que ofrecen información sobre las personas que podrían representar un riesgo en un momento determinado.
Mediante las evaluaciones de amenazas se pueden distinguir:
- La naturaleza y el contexto exactos de la amenaza o del comportamiento amenazante;
- las personas objeto identificadas (generales o específicos);
- las presuntas motivaciones detrás de la amenaza; y
- los antecedentes de la persona perpetradora, incluyendo su historial laboral, sus antecedentes penales, su historial de salud mental y su comportamiento anterior en el trabajo.
Es necesario llevar a cabo evaluaciones de amenazas de forma habitual porque el nivel de las amenazas nunca es fijo y puede cambiar con el tiempo. Por esta razón, es necesario realizar evaluaciones de amenazas constantemente.
Si una persona empleada conoce a una posible persona perpetradora, este miembro del personal tiene el mayor conocimiento sobre el comportamiento de la persona perpetradora y puede ofrecer orientación importante para protegerse a sí misma y proteger al lugar de trabajo. Si una persona empleada no conoce a la posible persona perpetradora, los empleadores deben desarrollar una colaboración similar con la persona que ha recibido la amenaza para evaluar el nivel de peligro y tomar acciones preventivas.
Los lugares de trabajo deben adaptar las respuestas a las circunstancias singulares de cada situación. En algunos casos, los lugares de trabajo solamente deben tomar precauciones mínimas más allá de las que ya se han establecido. Otros casos requieren un nivel mayor de evaluación y planificación , incluyendo, cuando corresponda, la creación de un equipo de recursos o de respuesta.
Los lugares de trabajo deben aplicar los siguientes principios cuando estén trabajando con una persona empleada en la evaluación de una posible amenaza:
- Realizar preguntas y evaluar los hechos pertinentes respecto a cualquier amenaza del lugar de trabajo. Con el fin de respetar la privacidad, se recomienda limitar las preguntas personales sobre la historia entre la víctima y la persona perpetradora solamente a los asuntos que ayuden a identificar los posibles riesgos.
- Cuando sea posible, conservar la confidencialidad sobre cualquier información que la víctima brinde y, compartir los hechos específicos solamente con las personas que deban recibir información específica para implementar medidas de seguridad en el lugar de trabajo.
- No ofrecerle a la persona empleada consejos sobre asuntos de seguridad personal más allá de los relacionados con el trabajo. Si la persona empleada tiene una relación con la persona perpetradora, no se le debe decir qué hacer respecto a su relación.
- Referir a la persona empleada a los servicios locales capacitados para asistir a las víctimas con el fin de garantizar que la persona reciba información y asistencia adecuadas, incluyendo una planificación de seguridad.
- Entregarle una tarjeta de seguridad;
No se le debe culpar o responsabilizar a una víctima por las amenazas o acciones violentas de la persona perpetradora.
Es posible que una persona empleada que esté enfrentado una posible amenaza también necesite acomodaciones en el lugar de trabajo para abordar sus propias preocupaciones especiales de seguridad, como una orden de protección–también conocida como orden de restricción. Dependiendo de la magnitud en la que se haya dirigido una posible amenaza al lugar de trabajo, un empleador podría considerar consultar con la persona empleada afectada y obtener la orden de restricción a nombre del empleador o una orden de no invasión de propiedad privada que cubra las instalaciones de trabajo.
Otras acomodaciones que se pueden tener en cuenta incluyen:
- Obtener el permiso de la persona empleada afectada para brindarle detalles pertinentes al personal de seguridad y al personal de recepción sobre la posible persona perpetradora (tales como una foto, una descripción física, el número de la matrícula del automóvil, o la marca / modelo del vehículo).
- Reubicar a la persona afectada en otra área de trabajo o ajustar su horario laboral hasta que haya pasado la amenaza directa.
- Teniendo en cuenta las observaciones y el permiso de la persona afectada, filtrar las llamadas de su línea telefónica, transferirlas al personal de seguridad o alguien designado y eliminar la información de contacto de la persona empleada afectada de los directorios y de los sitios web.
Después del acontecimiento adverso
Si una persona perpetradora que se encuentra en una relación con una persona empleada u otra persona empleada / persona perpetradora cometen un acto de violencia doméstica, violencia sexual o acecho en el lugar de trabajo:
Paso 1: Consultar con la persona empleada / víctima en un área segura y determinar sus necesidades inmediatas, las cuales pueden variar desde ayudarle a obtener atención médica y brindarle una licencia, hasta hacer una remisión a un proveedor de servicios comunitarios.
Paso 2: Reevaluar la amenaza para determinar la posibilidad de que la persona perpetradora regrese a las instalaciones laborales y, si es necesario, tomar precauciones adicionales como obtener una orden de protección y refuerzos de seguridad.
Si la persona perpetradora también es una persona empleada, remitir el problema a los canales disciplinarios adecuados y reorganizar el lugar de trabajo para denegar contacto posterior entre las partes. Algunos de los beneficios más importantes de tener una política en el lugar de trabajo específica a la violencia doméstica, la violencia sexual y el acecho incluyen: la disponibilidad de procesos relacionados con personas empleadas / personas perpetradoras; un proceso de investigación; procesos para implementar restricciones a los contactos laborales de las personas empleadas / personas perpetradoras; consecuencias disciplinarias; y requisitos para un plan de tratamiento. Se les debe conceder a las personas empleadas / personas perpetradoras un proceso adecuado, y si el lugar de trabajo tiene un sindicato, el sindicato debe cumplir cualquier obligación de representación justa con la persona empleada / persona perpetradora y la persona empleada / víctima.
Paso 3: Coordinar y ofrecer acceso a servicios de consejería, información y otros servicios para los colegas y otras personas. Las personas empleadas que hayan sido testigos o se hayan visto afectadas de alguna otra manera por el acontecimiento adverso deben recibir servicios a través de los Programas de Asistencia para Empleados, proveedores de servicios comunitarios o consejeros.
Paso 4: El personal de seguridad o una persona empleada designada debería continuar monitoreando la situación durante uno a tres meses (o más tiempo) para determinar si el problema se ha agravado o se ha resuelto.